Hace quince años, una pareja rusa decidió dar un paso muy importante: adoptar un niño. Desafortunadamente, la pareja no pudo tener hijos e incluso la fertilización in vitro fracasó.
Estaba claro que no podían tener hijos, pero la salida a esta situación era obvia.
Elena empezó a investigar qué países tenían más huérfanos y qué tan grave era la situación. África resultó ser el mejor país.
Allí, incluso los niños con padres, y más aún los huérfanos, carecían de comida, ropa y vivienda.
La pareja reunió todos los documentos necesarios y viajó al Congo para encontrarse con el niño. Pero la decepción está ahí.
De hecho, incluso en África, para adoptar un niño de tu propio país, hay que pagar 35.000 euros al Estado.
Les llevó dos años y medio conseguir el dinero y el papeleo fue otro problema. Sin embargo, la pareja logró adoptar a un hermoso niño llamado Matías.
Matthias tiene ahora tres años y ha encontrado una nueva familia amorosa. No sabía ruso y Elena tuvo que enseñarle durante mucho tiempo.
Para gran sorpresa de la familia, padres y amigos no comprendieron su decisión de adoptar a un niño así y simplemente les dieron la espalda.
Después de sopesar los pros y los contras, la pareja decidió quedarse en Estados Unidos de forma permanente. Hoy viven felices y apoyan a su hijo en todos sus esfuerzos.