Esta historia trata sobre una mujer australiana que se convirtió en madre a la edad de 13 años. Emma ni siquiera podía imaginar que estaba embarazada. Estudió en séptimo grado y su creciente barriga se hacía notar día a día.
Emma creció en un pequeño pueblo de Australia. En su familia reinaba el rigor. Cuando era niña, Emma iba a la iglesia católica. Todo cambió cuando Emma se transfirió a otra escuela.
Vivió una vida digna de un hombre maduro. Empezó a salir con un chico y después de dos citas quedó embarazada.
Al principio no tenía idea de lo que le estaba pasando, pero sentía que todo estaba relacionado con el embarazo.
Emma se lo contó a sus amigos porque no se atrevía a contárselo a sus padres.
Ni siquiera entendía la gravedad del asunto. Día a día su barriga creció y el 4 de octubre de 2003 dio a luz a su bebé de 2,2 kilogramos.
La hija de Emma tiene ahora 16 años y está orgullosa de tener una madre tan joven. Y Emma admitió que no querría que su hija siguiera su camino.