Resultó que el bebé nació con una gran marca de nacimiento en la mejilla.
Los médicos le explicaron que su hijo tenía un nevo melanocítico congénito. Generalmente es inofensivo y aparece durante el período inicial del desarrollo prenatal.
La madre del niño se llama Carolina y adoraba a su hijo por lo que era. Sin embargo, a veces el niño era llamado un niño extraño con una cara extraña.
Debido a unos chismes de varias personas, Carolina se frustró mucho, aunque no podía dejar que la situación se saliera de control.
La valiente madre empezó a demostrar que su hijo era como los demás niños, que estaba sano y la única diferencia era la marca en su rostro.
La mujer prometió ser más fuerte y valiente para poder proteger a su hijo. Se dio cuenta de que su hijo se había convertido en un objetivo público.
Así, poco a poco, se fue convirtiendo en una persona capaz de afrontar muchos retos y superarlos en el futuro junto a su amado hijo.
De repente, un día, se le ocurrió una buena idea. Decidió hacerse la misma marca en la cara.
Sorprendió a todos en el cumpleaños del niño. Ese gesto le dio muchas emociones fieles,
estaba muy orgullosa de poder alentar y apoyar a su hijo con este comportamiento.