El jarrón estuvo acumulando polvo en la cocina durante décadas, pero resultó que valía más que la casa

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El jarrón roto había estado en la cocina de la familia Adams durante 30 años. A veces poníamos flores allí, pero la mayoría de las veces nadie miraba.

De un vistazo, se dio cuenta de que el jarrón polvoriento del estante valía más que toda la casa. El jarrón con reflejos dorados lo compró en 1960 Michael Adams, el padre del propietario.

Coleccionaba cosas como hobby, pero sólo porque le gustaba el aspecto de este jarrón. El jarrón se colocó en un estante de la cocina como una vajilla normal.

Así permaneció hasta la visita de Mark Newstead, un experto en antigüedades.

Entré a la cocina y me quedé helada. Junto a la cacerola, los Adams conservaban un jarrón, un auténtico objeto de arte que representa una grulla y un murciélago.

Fueron encargados para el mismísimo emperador de Manchuria”, recuerda el anticuario. Siguiendo el consejo de un experto, la familia recurrió a la casa de subastas Drewatz.

Los empleados de la casa de subastas estimaron la reliquia histórica en 1,2 millones de libras esterlinas (unos 93,2 millones de rublos).

El jarrón fue adquirido por representantes de la diáspora china.

La familia prefirió no informar al público que utilizan porcelana imperial en su cocina.

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