Situaciones extrañas pueden inspirar a las personas a encontrar un significado en sus vidas. La joven tenía 23 años cuando inició el proceso legal para adoptar a un niño de otra nación.
Y ahora, finalmente, estamos aquí, seis años después, con esa esperanza finalmente realizada.
Emily, buscando un sentido más profundo en su vida, se mudó a Uganda y asumió un trabajo como trabajadora social en un orfanato. Lo descubrió.
Cuando llegó, se enfrentó a un niño cuya madre había partido recientemente, dejándolo sin tutor ni medios de subsistencia.
El joven, llamado Adam, hizo un trabajo excepcional para ganarse el corazón de esta chica inglesa.
El problema fundamental es que nunca había considerado adoptar a un niño antes de conocerlo, pero inmediatamente se enamoró de él.
Cuando se le preguntó sobre la idea de adoptarlo, Emily dijo: «Sabía que sería increíblemente difícil decir adiós.» (Había previsto que la despedida final sería extremadamente dolorosa).
La joven pudo pasar tiempo con Adam cuando tenía cinco días, pero finalmente tuvo que regresar a Inglaterra porque se quedó sin dinero en 2015.
Pudo pasar tiempo con Adam en ese momento. Enseñó durante dos años en su propio país, donde ganó lo suficiente para financiar su viaje a Uganda para adoptar a un niño.
Emily pudo reunirse con Adam después de obtener un puesto como maestra internacional en el país africano.
La joven decidió alquilar una casa con el niño y vivir temporalmente con él. Durante ese tiempo, conoció a Josh, un guarda de seguridad de 33 años que luego se convertiría en su compañero de vida.
En 2018, después de años de lucha por la custodia, esta joven finalmente cumplió su deseo y adoptó a Adam. Es importante recordar que adoptar a un niño no es tan fácil como parece.
Siempre hay algo que debe ser resuelto. Algo sucede, como la desaparición de los registros o el reemplazo del juez.
Emily dijo que el proceso de adopción en Uganda duró tres años y ella y su familia pasaron un total de cuatro años y medio en el país. Otros se conmovieron tanto con la historia que decidieron ayudar, todo gracias a la historia.
Se necesitaron más de 4,5 años para finalizar la adopción. Para acompañar a Adam en su viaje al Reino Unido, Emily solicitó su visa y obtuvo su pasaporte en noviembre de 2020.
Actualmente, Emily está compareciendo ante un tribunal británico para legalizar la adopción de niños de otros países. Una vez más, la pandemia forzó un aplazamiento del juicio, pero está trabajando en legitimar la situación.
La madre se dio cuenta de que los ojos de su hijo le daban sentido a pesar de los muchos desafíos y problemas organizativos a los que tuvo que enfrentarse.
Ambos están en Inglaterra en este momento. Sin embargo, corre el riesgo de separarse de Josh, que actualmente vive en Uganda, su novio.
A pesar de eso, Emily está convencida de que volverán a estar juntos como una familia en el futuro.