Javi Lazaro Badil, un filipino que se hizo conocido por su gran corazón. Javi tiene sólo 29 años y con orgullo puede considerarse un hombre de negocios exitoso y trabajador.
Un joven talentoso podría alcanzar la cima del éxito con gran voluntad y trabajo duro.
Aunque fue un niño adoptado y tuvo una vida difícil, gracias a sus padres se convirtió en quien es. Javi trabaja como director de ventas en una empresa financiera canadiense.
La empresa abrió una sucursal en Filipinas para que pudiera volver a trabajar en su país y quedarse con su familia adoptiva.
No hay nada en el mundo que pueda traer más felicidad a un niño cariñoso que la idea de construir una mansión cómoda y espaciosa para sus padres.
El bondadoso hijo contó en una de las entrevistas que sus padres adoptivos estaban en la pobreza cuando lo criaron.
Sin embargo, le brindaron la mejor infancia, rodeándolo de constante amor y atención. Así que ahora le toca a él dar las gracias con un gesto respetuoso.
Durante más de 10 años, imaginó en su mente el proyecto de una enorme mansión y comenzó a trabajar en él tan pronto como pudo.
Por tanto, el resultado final es increíble. El hijo guapo y cariñoso nunca olvida sus raíces y respeta más a sus padres.
