Jake y Erin Herrin dieron la bienvenida a sus hijas gemelas, Kendra y Malia, en el invierno de 2002. Aunque la llegada de las niñas trajo una gran alegría, también vino acompañada de preocupación, ya que las niñas nacieron siamesas.
Los padres estaban encantados de tener a sus hijas en la familia, pero también estaban ansiosos por lo que el futuro les depararía.
Kendra y Malia pasaron los primeros cuatro años de su vida unidas, pero sus padres tomaron la difícil decisión de separarlas para darles la oportunidad de vivir de manera independiente.
Las gemelas comparten dos piernas, cada una controlando una, y eventualmente se adaptaron, aprendiendo a caminar y correr sin problemas importantes.
En 2006, un equipo de 31 médicos llevó a cabo la compleja cirugía de separación, que duró más de 24 horas. Este evento atrajo la atención de los medios, y Kendra y Malia comenzaron a ganar reconocimiento.
Ahora, 14 años después de su separación, las gemelas se han convertido en jóvenes independientes. Se han adaptado a su nueva forma de vida, asisten a la escuela—algunas veces desde casa—y sobresalen en el dibujo, un talento que ambas comparten.
Kendra y Malia son vistas como modelos a seguir por sus compañeros, demostrando que se pueden superar los desafíos. Son admiradas y respetadas en la escuela, donde se las considera heroínas.
A los 18 años, las hermanas llevan una vida activa, disfrutando de la libertad de vivir de forma independiente y viajar. Recientemente completaron la escuela de manejo y ahora son conductoras habilidosas.
Comparten momentos destacados de sus vidas en su canal de YouTube y en redes sociales, donde han ganado decenas de miles de seguidores.
Las hermanas Herrin también están en contacto con la madre de otro par de gemelas siamesas, Kelly y Carter. Les brindan consejos y apoyo basados en sus propias experiencias, mientras los padres de Kelly y Carter consideran tomar la misma decisión de separarlas.