La llegada de las tres niñas fue una sorpresa, ya que no había casos anteriores de trillizos en la familia.
La Dra. Gersten manejó el embarazo con gracia y se sometió a una cesárea a las 35 semanas para garantizar su seguridad y la de sus hijas.
Cuando las niñas tenían ocho años, presenciaron a su madre dar a luz a un bebé. Sarah estaba fascinada por la confianza de su madre, Vicky se apoyaba contra la pared y Joanna estaba molesta.
En ese momento, Joanna prometió nunca convertirse en obstetra/ginecóloga. Sin embargo, a medida que crecieron, el interés de las niñas por este campo floreció.
El Dr. Gersten nunca presionó a sus hijas para que siguieran sus pasos y ellas eligieron seguir carreras médicas por elección propia.
En 2017, los trillizos completaron sus especializaciones médicas y se incorporaron al consultorio de su madre.
Curiosamente, su padre, el Dr. Robert Bedell, también era médico y ejerció como obstetra/ginecólogo en el sur de Florida hasta su jubilación.
Luego trabajó como médico de cuidados paliativos hasta su muerte en 2013. Ahora, a los 70 años, la Dra. Gersten se siente orgullosa y agradecida de trabajar junto a sus hijas.
Se considera una de las madres más afortunadas y agradece la oportunidad de compartir su profesión con sus hijas.
Los trillizos también disfrutan del vínculo único que comparten al estar en el mismo equipo y confiar el uno en el otro.
Para Vicky, Sarah y Joanna, su madre es una heroína y una eterna fuente de inspiración. En conmovedor mensaje expresaron su agradecimiento
por el liderazgo de la Dra. Gersten y la describió como una persona decidida, un modelo a seguir, una pionera y su inspiración para siempre.
Esta historia ilustra la fuerza de los lazos familiares, el poder de elección y la importante influencia que un padre puede tener en la vida de sus hijos.