Una familia estadounidense decidió “regresar” a la época victoriana. Dejaron atrás todas las comodidades del siglo XXI y se llevaron solo una computadora.
Hoy, Sarah y Gabriel Chrisman viven en una antigua mansión construida en 1888 y visten ropa de estilo victoriano.
Su amor por esta época no se limitó a leer libros, sino que poco a poco se fue introduciendo en su vida diaria.
La pareja amuebló gradualmente su casa en Port Townsend con muebles antiguos que datan de 1888.
Intentaron evitar en la medida de lo posible el uso de la tecnología moderna y cambiaron radicalmente su estilo de vida, imitando por completo a la gente de finales del siglo XIX.
Los cambios también afectaron a su vestimenta: la pareja decidió rehacer completamente su guardarropa y comprar outfits de esa época.
Sarah comenzó a coser sus propios vestidos y Gabriel consultó a una costurera.
Mientras compraba otros artículos antiguos, la pareja aprendió muchas cosas interesantes sobre la ropa victoriana. Sus atuendos los hicieron más conscientes de su entorno.
Los dispositivos modernos como el teléfono fijo, Internet y el ordenador sólo se encienden cuando es necesario.
En cambio, la casa está equipada con electrodomésticos antiguos como estufa de leña, frigorífico y calefacción de queroseno.
La familia Chrisman tampoco usa bombillas.
La ausencia de música o televisión en casa no supone ningún problema para una pareja que dedica la mayor parte de su tiempo a la lectura.
Sarah dedica mucho tiempo a escribir libros. Para ello utiliza una pluma que llena de tinta.
Hornea pan fresco, lava ropa a mano y confecciona sus propios vestidos. Aunque representa un trabajo extra, no se aburre.
