La historia de Rachel Crowther es de resiliencia, esperanza y amor. Nacida con sólo 24 semanas y con un peso de 669 gramos, los médicos le dieron sólo un 5% de posibilidades de supervivencia.
Sus padres estaban preparados para lo peor, pero Rachel desafió las estadísticas y ahora celebra su décimo cumpleaños.
La madre de Rachel, Rhonda, habla de lo pequeña que era su hija cuando nació. Su cabeza era del tamaño de una pelota de tenis y su padre podía ponerle su anillo de bodas.
Durante las dos primeras semanas de su vida, a sus padres no se les permitió tocarla. Pero cuando Rhonda finalmente abrazó a su hija, supo que Rachel sobreviviría.
Rachel pasó cuatro meses en el hospital antes de que le permitieran regresar a casa.
Se sometió a varias cirugías cardíacas cuando tenía 19 meses, pero ahora es una niña sana, activa y feliz a la que le encantan los deportes y sobresale en la escuela.
La madre de Rachel aconseja a otros padres de bebés prematuros que sean persistentes y hagan tantas preguntas como puedan.
La historia de Rachel es un testimonio del poder de la esperanza y el amor.
Su madre repetía continuamente la frase: “Todo es como debe ser”, y es evidente que la vida de Raquel es un testimonio de esta creencia.
Mientras Rachel celebra su décimo cumpleaños, su familia está agradecida a los médicos y enfermeras que le salvaron la vida y por el increíble viaje que han emprendido juntos.
La historia de Rachel nos recuerda que los milagros pueden ocurrir y que el amor y la esperanza pueden superar cualquier cosa.