“No podía hacer otra cosa”: una enfermera donó parte de su hígado a un niño desconocido

Rincón positivo

Braden Outen es un estudiante de secundaria estadounidense de 8 años.

Era un niño perfectamente sano y activo, no diferente de sus compañeros, estudiaba, practicaba deportes, jugaba con amigos, hasta que un día no se sintió bien.

Los padres de Braden se preocuparon y llevaron a su hijo a un hospital de Milwaukee.

Después de un largo examen, resultó que el cuerpo del niño contenía un virus agresivo que simplemente destruye las células del hígado.

Los médicos no ocultaron a los padres la gravedad de la enfermedad y les aconsejaron que comenzaran a buscar un donante de hígado lo antes posible, porque es la única forma de devolver al niño a una vida normal.

Sobre el trasplante, ambos casi nos desmayamos.

«Ni siquiera podíamos pensar en lo malo que era», dijo Ruth, la madre de Braden.Cada día Braden empeoraba y el donante no aparecía por ningún lado.

Después de ver cómo sufrían y mataban los padres del niño, una enfermera de la unidad de cuidados intensivos llamada Kami Lorenz lo nominó como donante de hígado.

Ella deseaba muy sinceramente ayudar a esta familia y a su hijo.

Afortunadamente, Kami era la pareja perfecta para Braden como donante. Parte de su hígado fue trasplantado al niño y rápidamente comenzó a recuperarse.

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