La edad es solo un número: Conoce a la abuela checa de 90 años que convirtió todo un pueblo en una obra de arte

Emocional y amable

La edad es solo un número en el pasaporte. Incluso en la jubilación, siempre hay algo con lo que mantenerse ocupado, especialmente cuando tienes talento artístico. La historia de Anežka Kašpárková, una jubilada checa de 90 años, es un ejemplo perfecto. Esta mujer extraordinaria, incluso a su avanzada edad, no ha abandonado su pasatiempo de crear dibujos en las casas.

De hecho, gracias a su arte, Anežka ha ganado fama mundial. Fotos de su trabajo se hicieron virales en Internet, lo que le trajo reconocimiento internacional a la abuela checa. Anežka dice que no puede imaginar la vida sin trabajo, ya sea en la casa, en el jardín o creando grafitis.

Durante cuarenta años, la residente del pequeño pueblo de Louka en Moravia del Sur ha estado creando verdaderas obras maestras. «Intento ayudar a hacer el mundo un poco más hermoso», dice modestamente. Anežka ha elegido las fachadas de las casas en su pueblo natal como lienzo para sus pinturas. Cada primavera, la abuela toma su pincel, pinturas y escalera, y se pone a decorar los edificios de Louka. Curiosamente, no se considera a sí misma una artista. «Solo hago lo que me gusta», dice Kašpárková.

En su juventud, Anežka trabajó en la agricultura. Pero su verdadera pasión siempre fue el dibujo. Ahora, en su jubilación, tiene mucho tiempo para su afición. Como admite la abuela, nunca planifica sus obras de arte con anticipación. Kašpárková se inspira en su imaginación. Todas sus obras se realizan en un estilo especial moravo, y cada una de ellas es única.

A pesar de sus manos frágiles, logra adornar cada edificio en el pueblo con intrincados patrones de color ultramarino. Otra característica distintiva de su trabajo es el tema floral que aparece en todas sus creaciones.

El tema favorito de Anežka es una pequeña iglesia construida a finales del siglo XVIII. Curiosamente, ella es la tercera persona en pintar esta capilla, habiendo aprendido el arte del grafiti de la anterior artista del pueblo.

A pesar de su avanzada edad, la abuela no tiene planes de retirarse. Las pinturas en Louka se han convertido en una especie de tradición. Kašpárková está segura de que esta tradición continuará incluso después de ella. En el pueblo, ya hay una pariente de 35 años del alcalde del pueblo lista para tomar su lugar.

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