Las protagonistas de esta historia, Jennifer y Kathleen, nacieron en Rotherham, Inglaterra. Estuvieron separadas desde su nacimiento y nunca se encontraron hasta los 66 años.
Y aquí es cómo sucedió. La mujer que había dado a luz a las gemelas era una madre soltera y ya tenía otro hijo. No tenía los medios financieros para mantener a las niñas, ni siquiera con la ayuda de sus padres.
Entonces, la madre decidió dar a sus hijas en adopción, y así, las pequeñas fueron separadas.
Jennifer fue adoptada por un vecino, mientras que Kathleen fue entregada a una familia a unos pocos kilómetros de distancia.
Algo increíble: Jennifer y Kathleen vivieron en Rotherham durante décadas y nunca se conocieron. Sin embargo, compartían los mismos médicos y el mismo dentista.
La primera en descubrir que tenía una hermana fue Jennifer. Cuando era adolescente, un primo le reveló que Eva, la amiga de la familia que a veces los visitaba, era en realidad su madre. El primo también le informó que tenía una hermana gemela.
Jennifer descubrió la verdad, pero no pudo hacer mucho para cambiar las cosas.
Kathleen, por el contrario, creció sin saber que tenía una hermana. Luego, un punto de inflexión lo cambió todo: un programa de televisión descubrió su historia conmovedora y decidió reunir a las gemelas, que ya tenían más de sesenta años.
Después de su reunión, las hermanas se volvieron muy cercanas y se convirtieron en amigas inseparables. Jennifer bromeó que ella es la más feliz de las dos porque sabía desde su infancia que tenía una hermana gemela en algún lugar.
Ahora, las gemelas pasan mucho tiempo juntas. Les encanta ir de compras, ir a cafés o cocinar juntas.
Más vale tarde que nunca. Afortunadamente, esta historia conmovedora tuvo un final maravilloso, ya que después de tantos años, la fortuna sonrió a las gemelas separadas.
